jueves, 2 de mayo de 2013

La eterna guerra de los padres y los piojos



Alrededor de tres milímetros de molestia



De entre los seres pertenecientes a la clase Insecta (esa que cuenta con la mayor diversidad de especies en el reino animal) tenemos entes que hermosean nuestra vista, como las mariposas y las libélulas; entes que aportan a nuestra salud, como las abejas; y hasta los que nos dan ejemplos morales, como las hormigas.

Así mismo hay otros que pueden tener una relación parasitaria con nosotros, amenazando con ello seriamente nuestra salud, como en el caso de los mosquitos y las pulgas; y otras regalarnos molestias, como esos pequeñitos insoportables que llamamos Pediculus, que pueden mudarse sin ser invitados a nuestra cabeza, cuerpo y pubis.

Y el primero de estos es muy posible que ya lo conozcas, porque tu hijo se lo trajo de la escuela para presentártelo. Éste es el llamado Pediculus capitis, que conoces mejor como piojo.

Se trata de un insecto gris sin alas, que mide de dos a cuatro milímetros, que vive entre los cabellos y se alimenta de la sangre en el cuero cabelludo. Éste, como dijimos, no representa un grave peligro a la salud, pero no por eso le vas a conceder la permanencia en la cabeza de tu pequeño, porque picaaaaan…

Además hay otro problema por los que debes erradicarlos. Cada hembra produce entre 200 y 300 huevos por puesta, lo que es decir que si te quedas sin hacer nada podrías estar construyendo una ciudad de esas criaturitas en la cabeza de tu pequeño.


La infestación de piojos se llama pediculosis.


  Cómo llegan

La forma de transmisión más corriente de los piojos es el contagio directo. Además del contacto persona-persona, el uso de cepillos, peines, gorras y bufandas también es una vía de transmisión.

La infestación es muy normal entre los niños, preferentemente entre los cuatro y seis años de edad. Los piojos pasan muy fácilmente de una persona (de su cabeza) a otra. Es por eso que se debe revisar con esfuerzo la cabeza de los niños, sobre todo detrás de las orejas, por la nuca y la pollinita. Puede ayudar también el lavarles el cabello dos a tres veces por semana, evitar compartir los utensilios de limpieza y mantener frecuentemente limpios los propios.
El tratamiento es sólo para después de una infestación. Nunca para una prevención.
  Tratamiento

Una vez producida la infestación, entonces se toman las medidas correspondientes al tratamiento, tales como:
• Las lociones y champúes que contienen permetrina (Nix) al uno por ciento generalmente funcionan bien y se pueden comprar en la tienda sin necesidad de receta médica. Si estos productos no funcionan, el médico le puede recetar un medicamento más fuerte, el cual se debe utilizar exactamente de acuerdo con las instrucciones. Para utilizar el champú medicado, primero enjuaga y seca el cabello. Luego, aplica la solución al cabello y al cuero cabelludo y enjuágalo después de 10 minutos. Revisa de nuevo en una semana para verificar si hay piojos y liendres y repite el tratamiento si es necesario.
• Una parte importante del tratamiento es eliminar los huevos (liendres). Ciertos productos facilitan esta tarea, como algunos detergentes para lavar platos que pueden ayudar a disolver la sustancia pegajosa que mantiene a las liendres adheridas al tallo del cabello. Aclarar la cabeza con agua y vinagre (la proporción es de un parte de vinagre por dos de agua).
• Quitar las liendres (huevos) con la mano o con la ayuda de un peine.
• El tratamiento se tiene que repetir 10 días más tarde y 20 días después, por seguridad.
• No olvidarse de tratar con los mismos medicamentos los objetos relacionados con el cabello (peines, cepillos, pasadores, ornamentos, etc.).

Prevención
Hay que comunicarlo a las personas que conviven o que tienen contacto con el niño afectado. Por tanto, hay que notificarlo a la escuela y otras entidades con las que el pequeño esté involucrado.
Se tienen que desinfectar la ropa y las sábanas, los peines y cepillos, los juguetes y las alfombras y tapizados.
• Ropa y sábanas: Lavar en agua caliente al menos durante 20 minutos.
• Ropa que no se puede lavar: Limpiar en seco o aplicar insecticida químico en polvo.
• Peines y cepillos: Lavar con agua caliente durante cinco ó 10 minutos o sumergirlos 30 minutos en solución peliculicida.
• Juguetes (sobre todo los de trapo): Lavar en agua caliente  de cinco a 10 minutos o sellarlos en una bolsa de plástico hermética durante dos semanas.
• Limpiar: los suelos, alfombras y tapizados de la habitación.
Sólo así los habrás librado de una invasión.

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