miércoles, 8 de mayo de 2013

La enseñanza de valores


La más importante de las herencias

AgendaparamamaDigital

A veces, por su naturaleza intangible, por lo no tocable, porque no se parece al bien material, ni sale en anuncios, se habla de valores y se piensa en algo secundario.

Pero ante tanto pesar que nos traen todos los medios, tanto joven muerto, tanta mujer deshecha en hechos violentos, tantos niños mutilados de su alma, es lo más perceptible, tocable en su ausencia, como las enfermedades que se dan por la deficiencia de algún nutriente.

El terrible espectáculo de masas peleando entre sí y arrastrándose en la madrugada por los pasillos de los comercios para obtener antes que nadie algo que no necesita y a un precio que en realidad va a seguir así en los próximos días clama a gritos que no. Y esto se tiene que detener. Y ese alto se hace niño a niño, para el futuro.

El día en que tú y tu ser amado se convirtieron en padres, asumieron, como se hace con los cargos públicos, un rol de autoridad y a la misma vez una enorme responsabilidad de modelar el alma de tu pequeño a una que sólo corra hacia lo que vale.

Y así debes y puedes, transmitirles, con las palabras y los hechos ese ser que has aspirado ser y que quieres que sean.

Está demostrado que la mayoría de los jóvenes comparte los valores de sus padres en sus aspectos más importantes. Esto quiere decir que es enorme la autoría de un padre en el carácter del hijo, un ventaja y una responsabilidad. Y esto te puede ayudar a enseñarle a tomar el camino correcto a pesar de que el camino fácil sea muy tentador. Aquí te aconsejamos para que lleves a tu pequeño por el camino más iluminado.

• Si te comprometes a una tarea, termínala, vive a la altura de tu palabra, para que tu hijo entienda que en un ser humano de bien las promesas son sagradas.
• Si practicas deportes, sé caballero, enséñale cuánto vale la limpieza en éste, y no te rebajes por detalles, dejando entrar la violencia.
• Al manejar, no dejes que te seduzca la prisa, ni te alteres ni pelees por pasar primero, y mientras estés con tu pequeño (y siempre) trata de rechazar lo más posible el alcohol en la jornada en que guíes.
• Trata a tu pareja con respeto. Enseña con el ejemplo que ambos géneros merecen dignidad, que se trata de seres iguales, si no vas a estar criando maltratantes.
• Así mismo enseña el respeto por lo otro, las otras religiones, las otras razas, las otras alternativas de amar. Enséñalo practicando el respeto, el amor, porque todos somos criaturas amadas desde lo alto. Entonces, ¿quiénes somos para sentirnos superiores por nuestra opción?
• Sé honesto. Si te entregan cambio de más avísalo y arregla la situación. Le puedes decir que esos errores le pueden costar el trabajo a la cajera, y así entiende que existe un mundo que se extiende más allá de él.
• También le puedes enseñar cuando compras por la satisfacción de una verdadera necesidad, no por capricho ni por el que dirán. Esto quizás suene hasta tonto, pero es el principio de un ser humano que lleve una economía prudente.
• Si ante los golpes de la vida, ante los ojos de tus hijos exhibes dignidad, les enseñarás a ser fuerte como roca, y que el derrotismo o las acciones dignas de la desesperación no son opciones, porque no llevan a ningún lado.
• Cuando en situaciones más livianas cometas errores, ríete de ellos, ríete de ti, y propón en voz alta las medidas correctivas. Así le enseñas que todo tiene arreglo, y que fallar no implica que se es menos, ni que se acabó el mundo por ello. Que somos humanos, que la vida sigue, y que puede ser mejor.

Pero hay otra cosa que puedes enseñarle:

Para que no sea víctima del egoísmo, le puedes enseñar que en este mundo, y no hay que ir tan lejos para corroborarlo, existen sufrimientos, miserias humanas y grandes tragedias.

Como la historia que contó una misionera, sobre un niño haitiano y su crayolita. Un pequeño a quien le regalaron el sencillo instrumento para colorear que le es común a tantos niños, y para quien representaba lo más especial de la vida. Que fue el resquebrajamiento del mundo cuando éste se rompió, y que cuando por fin obtuvo otra la guardaba bajo su brazo como el mayor tesoro del mundo. Que existen tantas historias similares, de seres heridos de carencias, y que los que tenemos más estamos para suplir a quienes las padecen.

Algo bueno que podrías hacer es averiguar con diferentes organizaciones dedicadas a la caridad, a dar ayuda a los más necesitados, y preguntar si puedes ayudar. Decirles que quieres dar de ti, y que de paso quieres que tus hijos aprendan sobre las necesidades de los demás.

Mientras, llevas a tus hijos a la iglesia, para que vayan entendiendo el significado de la vida, a los ojos de la fe. En tu casa puedes contarles sobre los evangelios, que narran una hermosa historia.
A estos puedes preguntarles qué opinan sobre la vida del pequeño carpintero de Belén, cuyo nacimiento no hace mucho celebraban.

 Les podrías preguntar qué haría Él en este mundo sufrido de hoy. Les podrías preguntar si les gustaría hacer lo que Él hizo, lo que Él haría.
Y esto sería un fundamento para una mejor vida. La mejor de todas, la que quieres que tenga...

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