viernes, 8 de marzo de 2013

Fiebre

Una defensa de tu hijo de la cual debes defenderlo

agendaparamamaDigital/Por: Amnellys Rivera



Lo que conocemos como fiebre, hipertermia o pirexia,  o más comúnmente temperatura o calentura, es el aumento temporero de la temperatura del cuerpo. Este se da cuando el organismo es víctima de una infección, aunque también puede darse como parte del cuadro de una enfermedad autoinmune. En el caso de cáncer o HIV pueden considerarse entre los primeros síntomas. Podría ser además una reacción a ciertos medicamentos, o indicativo de condiciones circulatorias, como la tromboflebitis.

El problema es que un aumento excesivo de la temperatura, o por un tiempo mayor del necesario, puede provocar que ese calor que se generó para hacer un bien, termine hasta con la vida de la persona.

En un niño lo que podríamos definir como una temperatura normal oscila alrededor de los 98.6° F (37.0° C) cuando la temperatura se toma por la boca. Las temperaturas rectales (se toman por el recto) usualmente son un grado Fahrenheit mayores que aquellas tomadas por la boca. Entonces, una temperatura normal es más o menos 99.6° F (37.56° C) cuando se toma por el recto. Muchos médicos definen una fiebre como una temperatura oral por encima de 99.4° F (37.44° C) o una temperatura rectal mayor de 100.4° F (38.0° C).


La forma más exacta de tomarle la temperatura a su niño es por la boca o por el recto con un termómetro digital. Si el niño es menor a cuatro años de edad, se recomienda tomar la temperatura rectal; posteriormente se puede tomar por la boca. No se deben utilizar termómetros de mercurio. Este metal líquido, antes tan utilizado en los instrumentos médicos, es terriblemente tóxico para el sistema nervioso, especialmente en los niños, además de ser un gran contaminante para el medio ambiente. Si tienes un termómetro de mercurio, deja de usarlo y consigue uno digital.

No debes envolver al niño previo a tomarle la temperatura. Saldrá más elevada de lo que en realidad está.
Lee bien las instrucciones del empaque para ver si tienes un termómetro oral o rectal. Si es lo segundo, para evitar lastimarle el tejido del área, debes cubrir la punta del termómetro con vaselina. Acto seguido, la introduces media pulgada en el recto, manteniendo el instrumento quieto todo el tiempo que se indique en las instrucciones y remover.
Si se trata de un termómetro oral, este debe permanecer el tiempo indicado quieto, debajo de la lengua.
Debes lavar el dispositivo con agua y jabón.


¿Cuándo combatir la fiebre?



Cuando tu niño está adolorido o si su temperatura supera los 100.2° F (37.89° C) debes entonces darle algún medicamento. Se recomienda darle acetaminofeno, en dosis de niños. Cuánto necesita este depende de su peso y edad. Eso está especificado en el empaque; pero si tienes alguna duda, pregúntale a tu médico. Si no cuentas con acetaminofeno, puedes darle ibuprofeno, previa consulta médica. No le des aspirina si es menor de 18 años. Ciertos niños podrían reaccionar severamente a esta (Síndrome de Reye), tanto que podría causarle la muerte.
No les debes dar más de cinco dosis en un día. Si se trata de un pequeño menor de cuatro meses debes consultarle al pediatra sobre cualquier medicamento que le vayas a dar.
Siempre debes leer todos los rótulos con cuidado, asegurándote que le estás dando al pequeño la cantidad correcta de medicamento.
Si estás utilizando un gotero, llénalo hasta la marca. Para jarabe líquido, usa un dispositivo para medir líquidos (el vasito con rayitas) para asegurarse de que estás dando la dosis indicada. Si no lo tienes a mano, consigue uno en la farmacia.

Debes llamar al médico sí…



• el pequeño tiene menos de tres meses de edad y tiene una temperatura rectal de 100.4° F (38° C) o superior.
• tiene de tres a 12 meses de edad y una fiebre de 102.2° F (39° C) o superior.
• tiene menos de dos años y tiene una fiebre que dura más de 24 a 48 horas.
• tiene una fiebre por encima de 105° F (40.5° C), a menos que baje rápidamente con tratamiento y la persona esté cómoda.
• tiene otros síntomas que sugieren una enfermedad que posiblemente necesite tratamiento, como dolor de garganta, de oídos o tos.
• ha estado teniendo fiebres de manera intermitente hasta por una semana o más, aun cuando no sean muy altas.
• tiene una enfermedad seria, como un problema cardíaco, anemia drepanocítica, diabetes o fibrosis quística.
• tiene un nuevo salpullido o aparecen hematomas.
• tiene dolor al orinar.
• tiene problema con el sistema inmunitario (terapia crónica con esteroides, después de un trasplante de médula ósea o de órganos, previamente le extirparon el bazo, es VIH positivo o le estuvieron tratando un cáncer).

Se debe llamar al 911 si…
• está llorando y no puede tranquilizarse (niños).
• no se puede despertar fácilmente o directamente no despierta.
• parece confundido.
• no puede caminar.
• tiene dificultad para respirar, incluso después de que la nariz está despejada.
• tiene labios, lengua o uñas azules.
• tiene un dolor de cabeza muy fuerte.
• tiene rigidez de nuca.
• se niega a mover un brazo o pierna (niños).
• tiene una convulsión.

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