miércoles, 6 de marzo de 2013

Más allá del momentum

La gestación cuando se pasa de los 40 años



AgendaparamamaDigital

¿Qué es envejecer y morir? Pasa el tiempo y como materia, o como toda materia del universo de lo natural, nos deterioramos. Se siguen buscando explicaciónes a ello. Se dice que el material genético finalmente cede antes las invasiones de aquellos agentes que le dañan y va perdiendo piezas, sus cadenas se van haciendo más cortas, y somos como un rompecabezas cercano a una ventana que cada vez que se abre va provocando el extravío de las piezas hasta que se hace indistinguible el paisaje que representaba.
Y es por esto que hay edades para todo, edades a las que se llega y edades que se pasan.


Una mujer que ha pasado los 40 años en muchos casos todavía puede tener hijos. Pero en esta etapa de la existencia, el proyecto de vida no está exento de riesgos.
En diferentes épocas de la historia humana la edad en la que suelen las parejas reproducirse cambian. Cuando  se dio el gran Baby Boom entre 1946 y 1964 las edades promedio estaban entre los 20 y 30 años. Entre los 70 y los ochenta la edad fue aumentando, porque las parejas comenzaron a entrar en otras consideraciones previas a “otorgarse el permiso” para encargar.

Ahora vivimos tiempos de casos extremos. Crecen las cifras de los demasiado jóvenes, que entre pobre supervisión y una gran invasión de sexo por todas las vías de comunicación se hacen pobres antes de desarrollar las herramientas para una crianza eficaz. Por otro lado, en la creciente crisis y polarización económica (ricos más ricos, pobres más pobres), muchos posponen una y otra vez la llegada de los hijos, hasta llegar a esa raya donde si no despegaste jamás lo hiciste. También están los que rehacen su vida sentimental y recomienzan la crianza.
 

Cuidar más la “fábrica”



Claro, en esta etapa el cuerpo puede ya presentar ciertos trastornos, como la hipertensión arterial, la diabetes, el alto colesterol, las alteraciones en las funciones tiroideas, y cambios en el metabolismo que podrían llevar problemas de peso.

De hecho, según un estudio realizado en Israel, las mujeres que quedan embarazadas después de los 45 años pueden ser hasta tres veces más propensas que las mujeres más jóvenes a desarrollar diabetes e hipertensión durante el embarazo. Además, son más altos sus números  parto prematuro y de placenta previa (que obstruye el canal de parto).

Casi dos de cada cinco madres mayores tuvo a su bebé antes de la semana 37 de gestación (un embarazo normal dura 40 semanas). Un 80% de las madres necesitó de cesárea. Además, fueron más propensas a tener fiebre y hemorragias graves posparto.

Ellas y sus bebés necesitaron una hospitalización más prolongada y fue más común el ingreso de los bebés en cuidado intensivo pediátrico.

Lo bueno es que existen diversas tecnologías que pueden ayudar a diagnosticar una afección o bien, prevenir su aparición antes del embarazo. Y es que una mujer de más de 40 está amenazada por trastornos tales como la preeclampsia (hipertensión inducida por el embarazo) y diabetes gestacional, lo que podría provocar partos prematuros, así como criaturas de bajo peso.
También, a medida que pasa el tiempo para decidirse por la procreación aumentan las posibilidades de que un niño nazca con Síndrome de Down.
 

Previniendo complicaciones


Cuando una mujer ha rebasado la edad de 40 años, es vital que se someta a un completo control prenatal, y que cumpla al dedillo las instrucciones del médico. Esto debe incluir desde la alimentación pasando por la actividad física y los estilos de vida hasta un sólido balance de mente, que involucra, por supuesto, a la pareja, clave en el logro de una gestación exitosa a esta edad.

Es importante también el asesoramiento genético y diferentes pruebas destinadas a la prevención de males congénitos en la criatura. Para ellos existen varias pruebas de diagnóstico prenatal, como ecografías, marcadores bioquímicos, amniocentesis y biopsia coriónica. Algunos de estos no son en lo absoluto invasivos, y otros llegan a implicar riesgos, sólo opta por estos si la situación lo amerita.
Se trata de algo posible, y aunque sea riesgoso, con el debido cuidado se pueden controlar los peligros que amenacen tanto a la madre como a la criatura.
Claro, esto necesita de disciplina, de gran entrega, pero así debería ser con toda vida.

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