viernes, 24 de mayo de 2013

El niño prematuro

Foto: vivelohoy.com

Arribo temprano a una fiesta de toda la vida…

 

 

AgendaparamamaDigital

Quizás lo más hermoso de todo el universo creado sea el ensamblaje de un ser humano. De un mismo núcleo de en el interior de una célula, tras el encuentro de dos, está se irá reproduciendo exponencialmente, formando una masa de células, hasta que llega a la quinta semana. En este punto del embarazo la aglomeración de células se convertirá en una esfera, que se dividirá en tres capas de tejidos especializados. De cada una se van a formar los diversos órganos y sistemas que sostendrán la vida que ocupará ese cuerpo. Todos a su tiempo. 

Cuando toda la maquinaria de la vida está lista ya el pequeño puede aparecer en el mundo aéreo y lumínico. 


Pero pasa, que la salida del pequeño del mundo acuático y cálido de su madre podría darse antes que se complete el itinerario de su ensamblaje. Puede que hasta literalmente falten piezas, o que todavía la máquina no esté en condiciones de ser corridas. Y esto podría ser pernicioso, hasta fatal. 


Por ejemplo podríamos decirte entre lo último que se desarrolla de un ser humano está el aparato respiratorio y de este la capacidad tensioactiva, que dan ciertas sustancias llamadas surfactantes, que que reduce la tensión de los alveolos pulmonares, evitando el colapso de estos durante la exhalación y facilita la expansión durante la inspiración. Sin esto no se puede sencillamente respirar. Y este es uno de los riesgos que orren un niño prematuro. 

Lo que conocemos como un niños prematuro, o pre término, son aquellos que nacen antes de las 37 semanas de gestación (se supone la complación del embarazo a las 40 semanas). 


Aunque hemos hablado de que el nacimiento antes de su término puede implicar riesgos mortales, también hay que recordar que en las más recientes décadas la disciplina de la Neonatología ha logrado gigantezco avances.

Un ratito más y a casa


Un niño que nace antes de tiempo no estará en condiciones de regresar a casa hasta que tenga todo debidamente desarrollado y un peso de cinco libras en adelante. Los nacidos pre término, al nacer les cuesta mucho la regulación de la temperatura, por lo que necesita estar en una incubadora que lo conserve calientito. En algunos hospitales este cuidado se alterna con lagunas horas del pequeño al calor del cuerpo de su madre. 


Si la criatura nace previo a las 35 semanas, el acto de succión puede resultar un proyecto que le robe gran cantidad de energía (cuando la máquina no está lista esta acción equivale a una actividad atlética), por lo que el niño es posible que necesita de una sonda para alimentarse. Mientras, en el ínterin hay que estarlo “entrenando” (estimulándolo), poniéndolo a succionar un dedo, o acercándole a la boca el pezón de su madre.
Ya una vez se han optimizado todas sus funciones vitales y ha logrado u peso adecuado, el pequeño podría ser dado de alta.




Cuidado que sigue en su primer hogar

Foto: vivelohoy.com


Cuando los pequeños nacen antes de su momento, una vez han tenido el tratamiento “remediativo” que los coloca fuera de peligro, todavía van a estar un poco delicaditos, por lo que, por un tiempo, necesitarán de cuidados en su casa. 


Sobre todo, la mayor atención al pequeño es un monitoreo de ciertos cambios que confirman que todo está como debería. Las medidas de su cuerpo, la proporción de la cabeza y el aumento de su cuerpo. 


También existen ciertos cuidados especiales en su alimentación.
Al igual que con el resto de los pequeñitos lo más recomendable es la leche materna. Esto no sólo por las ventajas nutricionales, que hemos discutido otras veces aquí, sino también por lo beneficios psicológicos que aporta el desarrollo de ese vínculo con la madre. 


Sin embargo, esta alimentación debe ser suplementada con hierro y vitamina D hasta que el niño cumpla su primer año de existencia. 


En su defecto, lo que se recomienda es una fórmula desarollada para prematuros, hasta los de seis a nueve meses de edad gestacional corregida. Esta la que se cálcula a partir del tiempo que faltara para llegar a las 40 semanas de embarazo. 


Esta se calcula restando el número de semanas faltantes para término (40 semanas) de la edad cronológica. Por ejemplo si un niño nació de 35 semanas y que ya tiene dos meses de vida
), tiene ocho semanas (2 meses de edad cronológica) menos cinco semanas (la que faltaban para el término de 40 semanas) = 3 semanas de edad corregida, es decir que su peso, talla y maduración debe ser comparable con la de un niño de tres semanas de vida.

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