lunes, 13 de mayo de 2013

El cuidado del niño atleta

 

 

Manteniendo a “la promesita”

AgendaparamamaDigital


Cuando estabas en la pequeñísima liga de “Los Periquitos”, tu padre soñaba que serías el nuevo Roberto Clemente. Te soñaba rodeado de guantes de oro, de héroe celebrado del País. Y así lo veías, de padre payaso siendo un “coach” paralelo desde las gradas, gritando al galillo, peleando con los árbitros, mientras tú pensabas ocultarte debajo de la almohadilla de segunda base, algo que ahora agradeces tanto.

La cosa es que la vida te fue alejando de los bates, los guantes y las bolas; descubriste otras cosas de ti mismo y saboreaste el amor. Ahora sueñas que el pequeño que gatea será un nuevo Roberto Alomar, y sí, te juraste que no vas a ser igual de "payaso" que fue tu papá. Deja que llegue el día...


Es alrededor de los seis a siete años que generalmente el niño ya está preparado física y mentalmente para hacer deporte. En otras palabras, que ya tiene la coordinación suficiente para llevar a cabo determinados movimientos, y el entendimiento para poder seguir ciertas reglas.


Lo ideal es que practiquen deporte en la escuela, y claro, qué mejor que ya desde el hogar tú le hayas estimulado la actividad física, llevándotelo al parque o al campo. Ya cuando comiencen a hacer deportes se sentirán más fuertes, más valorizados frente a los demás, y controlarán más sus emociones. El deporte es tan esencial para todo esto.


Y si tú te involucras en esto mejor, porque das el ejemplo, así que haz el esfuercito, por su bien y por el tuyo.


Primero, su condición física


Ahora, antes de dar su primer pasito, ya sea en una cancha de baloncesto, un parque de pelota o el césped de una cancha de balompié, hay que tomar ciertas medidas.  La primera es un examen médico completo, que incluya la vista. 


Esto tiene el doble propósito de, por un lado, saber que tiene un condición física óptima, de forma que la actividad física no represente un peligro para su salud y la otra que la existencia de alguna condición no le vaya a afectar su desempeño como atleta. Debes también comprobar si el niño está correctamente vacunado (para evitar el contagio de ciertas enfermedades).

Sin hidratación no hay deporte...


Vivimos en el trópico. Y los meses en los que más los pequeños practican deporte es en los de verano, los mismos en los que ese astro rubio se luce. Y debes saber que los niños atletas que entrenan en climas cálidos no reponen en su totalidad el líquido perdido en el sudor y presentan deshidratación leve cuando se les provee sólo agua como fluido hidratante.


Esto es más que nada debido a que cuando se pierde agua no sólo se nos escapa por los poros ésta. Es por eso que cuando sudas con una camisa oscura puedes ver estas rayas blancas. Esas son estos minerales tan necesarios para tantas funciones corporales conocidos como electrolitos. Entre estos se encuentran el sodio, potasio, calcio magnesio, cloruro, hidrogeno fosfato y bicarbonato. Y es por eso que es recomendable una bebida deportiva, también llamadas electrolíticas.


Y no creas que porque podría tratarse de un deporte acuático no se va a deshidratar. Ahí hay que tener todavía más cuidado, porque su pérdida de agua no se ve y se siente menos. Además, no se toma agua por la piel; sí ésta absorbe algo de agua, pero no se bebe por ahí. Y si el medio es agua salada, por ahí hasta pierde. 


Conviene más también que la hidratación del pequeño se dé siempre, aun cuando no haya actividad física de por medio, para que goce de buenos niveles a la hora de poner su tenisita o spikecito en el campo de juegos.

También conviene que se vaya adaptando al calor gradualmente. Porque una exposición a altas temperaturas de cantazo podría serle hasta peligroso.


Ahora, los ejercicios de calentamiento deben ser a la sombra, y claro, debe disponer de descansos frecuentes.


Se puede decir que la mejor protección contra el efecto deshidratador del sol se resume en tomar líquidos a intervalos frecuentes, adaptarse progresivamente al calor, efectuar el periodo de entrenamiento en la sombra, vestir ropa de colores claros y descansar frecuentemente.


Y claro, así mismo debes proteger su piel de las radiaciones ultravioleta del rubio.

Y dicho esto, pues, anda, ahora ve y anima a tu campeón, que siempre lo será, gane o pierda.

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