Qué
es y qué puede hacerse en torno a ella
Si
existe algún alimento que más se asocia con los niños es la leche. Sin embargo,
existe el caso en que ésta, la tan inofensiva leche, le pueda hacer daño a tu
pequeño.
Podemos
definir la alergia a la leche como una respuesta de tu sistema inmune a una o
más proteínas que se encuentran en la leche de vaca. Las que actúan por o
general como alérgenos son la caseína y el llamado suero.
Las
manifestaciones más comunes de ésta condición es una serie de reacciones en la
piel, como hinchazón de los labios, boca, lengua, cara o garganta. También
puede causar eccema, urticaria, sarpullido o erupción cutánea ó piel
enrojecida, picor en la piel ó en los ojos.
También podrían darse dentro de
este cuadro clínico problemas respiratorios como estornudar, congestión nasal ó
nariz mocosa, toser o respirar con dificultad, y asma.
Algunos de estos (no es
la regla general) podrían llegar a generar lo que se conoce como una reacción
anafiláctica, que ya es la respuesta extrema a un alérgeno, que incluyen
picazón severa, inflamación de la garganta que dificulta el respirar, sudor,
latidos rápidos del corazón (taquicardia), presión sanguínea baja, nausea,
diarrea, y sobresalto (conmoción).
En los casos más peligrosos, estos síntomas
pueden ser amenazantes para la vida.
Esto,
se debe aclarar, jamás es lo mismo que la intolerancia a la lactosa, que es la
carencia del organismo de la enzima lactasa, que es la que procesa el hidrato de carbono lactosa, por lo que se
dan los síntomas digestivos que acompañan a este mal.
Aquí
te damos ciertos consejos en caso de que tu amado tesoro padezca de este mal.
Habla
con una nutricionista. Una nutricionista puede ayudarte a encontrar otros
alimentos libres de leche que a tu hijo le darán la nutrición que necesita para
mantenerse saludable.
Ten
cuidado cuando comes afuera. Avisa en los establecimientos de comida que tu
niño es alérgico a la leche y pregunta siempre por los ingredientes del
alimento que vayas a pedir del menú antes de ordenarlo.
Carga
con la comida de tu pequeño. Si vas a ser invitado a la casa de alguien lleva
sus propios alimentos, solo en caso de que él no pueda comer lo que tienen
preparado.
Lee
las etiquetas de los alimentos y mantente al día con los productos de
alimentos. De vez en cuando los fabricantes cambian las etiquetas de los
alimentos. Aunque consumas un producto todo el tiempo, recuerda que los
ingredientes podrían cambiar.
Evita
darle a tu hijo productos en los cuales su etiqueta tenga símbolos como K ó U.
Estos símbolos significan que la leche está presente en ese producto.
Existen
alternativas a la leche, que pueden darle a tu pequeño el calcio y otros
nutrientes necesarios, comúnmente provenientes de lácteos, sin exponerte a
sufrir una reacción. Entre
éstas puedes encontrar los suplementos nutricionales.
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