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Ayudando a manejarlo y estableciendo el control
La diabetes es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia. Especialmente aquella que se conoce como diabetes mellitus tipo 1, llamada también insulinodependiente, que es cuando se da la destrucción de las células beta del páncreas, que son las que generan la insulina; es decir la hormona que controla los niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, con los cambios en los estilos de vida que se han dado en recientes años, que incluyen una dieta menos alimenticia que lleva más al sobrepeso y la obesidad y una drástica reducción en la actividad física, han aumentado entre los casos de diabetes tipo 2, que es la que da más en la adultez. En ésta se da una reducción en la producción de insulina y o una resistencia de la célula a la entrada de la hormona.
La diabetes tipo 1 es aquella que necesita de insulina inyectada para regular los niveles de glucosa en la sangre, aunque hay estudios que garantizan que los niños que realizan deporte de forma regular, podrían tener mejores niveles de glucosa en la sangre que los que no lo practican.
Se
puede prevenir esta enfermedad a partir del nacimiento de los niños. La
prevención puede empezar con la lactancia materna, evitando así la alimentación
artificial, rica en azúcares innecesarios durante esta fase.
Para
evitar la obesidad infantil así como la diabetes es necesario que los niños
disfruten de una alimentación saludable, así como de actividades físicas,
evitando que lleven una vida sedentaria, permaneciendo mucho tiempo delante de
la televisión, computadora o videojuegos.
Los
niños necesitan una dieta rica en fibras y pobre en azúcar. Lo ideal sería disminuir
la ingesta de azúcares de absorción rápida, como el azúcar refinado, y
sustituirlos por los azúcares que ya existen en las pastas y frutas.
Manejando
la diabetes
Puede
practicar las mismas actividades y ejercicios deportivos, siempre que
profesores, personal de salud y otros responsables por su bienestar estén al
corriente de su condición de diabético y sepan cómo evitar situaciones
indeseables. Es importante que tanto padres y maestros intercambien datos sobre
la condición del pequeño.
Hacerse
adulto es también hacerse responsable. En el terreno de la responsabilidad los
pequeños con diabetes les llevan ventaja a sus compañeros de su misma edad.
Ellos han tenido que aprender a tomar decisiones cada día sobre sus análisis,
la comida, la inyección de insulina, la dosis. Por lo mismo, conocer a niños
que la padecen (campamentos de verano, diversas organizaciones) pude ser un
apoyo muy recomendable.
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