jueves, 25 de abril de 2013

Formando a un ser humano


El desarrollo de la personalidad de un niño

 

Foto: comunicacionfamiliar.wordpress.com

 


Se dice niño y se piensa en futuro. Es correcto, mientras el día de mañana apunta a nuestro declive en su caso es ascenso hacia los estratos donde se decide la configuración del mundo que conocemos.

Sin embargo, hay un error en este concepto. Y es que descarta el hoy. Porque para que los niños tomen el futuro, y construyan en éste algo mejor que lo que ahora hay, es desde este mismo segundo que tenemos de verdad que capacitarlos para hacerlo.

En esta publicación te hemos hablado de muchas cosas necesarias para que sanamente se desarrolle, desde el punto de vista fisiológico, como son los aspectos de nutrición, prevención de enfermedades y seguridad, tanto en el hogar, como en la vía pública, entre otros.

Pero hay otros aspectos igualmente importantes para esa escultura que se va haciendo de un ser humano a partir de un niño.

Eso que corresponde al alma que habita en su cuerpecito, aquello que lo mueve a sus más encumbradas acciones, o aquellas que llaman a avergonzarse. Hablamos de lo necesario para que el pequeño pueda contar con un carácter sólido, para que pueda brillar por este mundo.

La fe, fundamento sólido

Según La Biblia, la fe se define como “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Enseñarle de fe (y aquí no te estamos hablando de sectas, de religiones específicas, eso lo escoges tú, y en su momento a tu pequeño le tocará escoger por sí mismo) es sembrar en él la noción de que la realidad, la verdad, va más allá de su espacio inmediato, de sus deseos, de forma de ver.

 Que existe un mundo en el que coexisten el horror y la ternura, los caminos que más luz tienen y los que más oscuros y trágicos pueden ser. Que existen en un mismo mundo el amor, la rectitud, la honestidad y la codicia, la envidia y la mentira y que hay momentos en que hay que escoger caminos.

Que algunos pueden parecer más atractivos, incluso más prácticos, pero son otros los que mejor hacen. La fe le enseña a ir más allá para ver más claramente. Además el niño puede sentir más seguridad cuando tiene la noción de que está cuidado y protegido por una entidad superior y poderosa.
Para lograrlo puedes:

·Enseñarle canciones espirituales, para niños, ponerle algún disco de éstas. Exponerlo a canciones que hablen de las cosas de fe de una forma suave y tierna, algo que le sea positivo.
·Leerle historias de La Biblia. Después de la cena leerle o contarle historias bíblicas adaptadas para niños, para posteriormente conversar sobre las lecciones que dejan.
·Que la oración sea una prioridad en tu hogar. Para comenzar, ora tú y hazlo habitualmente, eso les dará el ejemplo a ellos para que lo hagan también. Ora agradeciendo los alimentos para que aprendan que hay oración de acción de gracias, hazlo también por la salud de todos para que ellos adquieran la buena costumbre. Asimismo antes de acostarte, invitándolos a poner sus preocupaciones en manos de Dios, para así dormir más confiados.
·Memoriza versículos cortos cuyo conocimiento vaya perfilando y fortaleciendo su fe.

La autoestima, tan vital...



Foto: comunicacionfamiliar.wordpress.com



Esta palabra ha dejado atrás los consultorios de los trabajadores de la salud mental y ha tomado eco en muchos hogares (desgraciadamente no en los suficientes). Y es que de alguna manera se intuye que se trata de uno de los elementos más importantes en la formación del carácter de un niño.

Ésta se puede definir más que nada, como la consciencia que tiene un ser humano de su propio valor, de nuestros puntos más altos, de nuestros límites y defectos, entre ellos los mejorables y las responsabilidades que devengan el ser nosotros mismos.

Es, en otras palabras, querernos y aceptarnos como somos. Y esto es fundamental en el desarrollo de sus destrezas para las relaciones interpersonales, familia, amigos, vecinos, maestros. Así mismo puede ésta determinar la calidad de su aprendizaje.

Para estimularla en tu hijo debes:
·Incentivar el desarrollo de las responsabilidades del niño. De una manera positiva, crea algunos compromisos, en un clima de participación e interacción.
·Dar la oportunidad al niño a que tome decisiones y resuelva algún problema.
· Reforzar con positivismo las conductas del niño. Cuando cumpla con sus tareas puedes decirle frases como “Gracias por ayudarme”, o “lo has hecho muy bien”.
·Poner límites claros a tu hijo, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta. Ejemplo: “Si no recoges tus juguetes, no irás al cine”. Y sé consecuente.
·Enseñar a tu hijo a resolver sus propios problemas y a aprender de sus errores y faltas, de una forma positiva. Que aprenda a que un error puede ser convertido en un aprendizaje y que podrá arreglarlo si se esfuerza más.
·Dejar de lado las críticas que nada construye. Apunta más la falta y di por qué debe corregirla, en lugar de hacerlo sentir menos.

Las alas de la imaginación

Cuando se habla de la imaginación, se piensa, muy equivocadamente, en “cosa de inútiles soñadores que no llegarán a nada”.

Y sin embargo el desarrollo de la imaginación y la creatividad es precisamente lo que más puede llevarlo a convertirse en una persona de éxito. Y es que esto le dará la capacidad de tener iniciativas y buscar soluciones más allá de seguir instrucciones a ciegas.

Si quieres ayudar a estimular la imaginación y la creatividad en tu pequeño:
· Para comenzar, no lo inhibas cuando muestre deseos de expresarse cantando, bailando, escribiendo, pintando. Por el contrario, estimúlalo a que se comunique, pidiéndole que te cuente historias, o opine sobre las que le cuentes en los diferentes medios.
· Cómprale juegos en que él interaccione, que en lugar de limitarse a seguir instrucciones, se necesite de su iniciativa.
· Podrías también, cuando juegues con él, inventarte canciones e historias e invitarlo a continuarlas, un poco tú, un poco él.
·Exponlo al arte, a la música, a la pintura, y después de tener la experiencia sensorial, que participe, que pinte y cante y actúe él.
·Exponlo también al mundo que le rodea, a la naturaleza. Que sepa que la vida va más allá de lo que dicta el televisor. No sabes lo que la mente “provocada” por las maravillas del mundo puede ser capaz de hacer...

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