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Cuándo
y qué decirle a tu pequeño sobre la adopción
Los padres de un hijo adoptivo lo saben. Que
nacidos de un vientre, de una combinación de células o de una decisión ante la
realidad de un pequeño ser humano ya nacido, lo que podemos llamar hijos es
algo que siempre se engendra en el corazón.
Sin embargo, al no ser el origen de un pequeño
en el seno de un hogar por regla general, la realidad de la adopción puede ser
traumática, más que nada por dos razones: pueden por un lado no sentirse
“legítimos” como hijos, como si fuera algo “prestado”, y por otro le despierta
a la realidad de que los seres biológicos que participaron en su formación como
ser vivo, por alguna razón no pudieron, o no quisieron quedarse a participar de
su vida.
La
verdad de la mano de los padres
En la opinión de los expertos, es decir,
profesionales de la salud mental en niños y adolescentes, recomiendan que sean
los mismos padres los que le digan a los pequeños sobre su origen.
Lo que más recomiendan es que se haga a una
edad en la que esté el balance de que sean lo suficientemente grandes para
entender el concepto y suficientemente pequeños para que lo vaya internalizando
sin bruscos choques y pueda manejar la realidad de su historia con fluidez.
Esta puede ser entre los siete y los nueve años, dependiendo de la madurez
emocional y mental del pequeño.
La cuestión es que debe provenir de la boca de
los padres, ya que se trata de un momento muy determinante en cuanto a la
confianza que en sus padres deposite el pequeño. Y en este sentido podría ser
dañino el que se enteraran por otras personas. Esto podría llevarles a pensar
que ustedes nunca tuvieron la intención de decirles.
Combatiendo
los estigmas
Lo importante es que el mensaje sea positivo,
que jamás entienda su adopción como algo malo, o como un suceso del que tenga
que avergonzarse. Que sencillamente se trata de su verdad, y que no le hace
menos, además de que no es el único, ya que en infinidad de hogares hay niños
que no son biológicos, y que a ninguno el ser adoptado les hace menos.
Hablando alegremente de su llegada
Es natural que los niños adoptados quieran
hablar de su origen. Esta también es una gran oportunidad para hacerles
entender que su llegada a la casa fue algo sencillamente maravilloso, que es
irrelevante que fuera del hospital o del orfanato.
Si necesitas alguna ayuda para saber qué
decirle, puedes buscar en la red libros y artículos que te podrían ayudar a
abordar el tema.
Una
vez salida la verdad…
Los pequeños podrían tener reacciones
diferentes al enterarse de su origen. Estas dependen de la edad que tengan, o
de su nivel de madurez.
Se podría dar que entre en negación y se
rehúse a aceptar su realidad y refugiarse en fantasías sobre su origen. Esto
podría llevarles a pensar que los abandonaron porque no son buenos, incluso
pensar en que están en el hogar como consecuencia de un secuestro.
En la etapa de la pubertad va a ser importante
el concepto de la identidad propia, que irá muy de la mano con la autoestima.
El querrá saber en su retrato de sí cómo es que encaja con el mundo que le
rodea. Y es posible que quiera saber sobre sus padres naturales. Debes entender
que esta curiosidad es común y no significa ahora que esté rechazando como
padre. Y por lo mismo debes aceptar y estimularle, incluso participar de su
búsqueda. Esta también será una hermosa prueba de amor que podría traducirse en
mayor confianza entre el hijo y sus padres.
Los
lazos de amor
Este salto de pensar una realidad a saber
otra, en algunos pequeños podría causar problemas emocionales, por las
inseguridades que podría traer la nueva verdad. Si te inquieta su
comportamiento o las emociones que exhiba, está bien que busques para él ayuda
profesional, como los psiquiatras y psicólogos de niños y adolescentes. Estos podrían
determinar si necesitan de ayuda, y qué tratamiento se recomienda.
Pero también es el mejor de los momentos para
aclararle algo a tu pequeño. Y es que no importa qué, no importando que no atestiguaran
su nacimiento, él nació en una gran explosión de amor adentro del pecho tuyo y
el de tu pareja, que sí fue todo un hermoso nacimiento el día en el que lo
encontraron, que vieron sus pequeños ojitos mirarles, que tocaron sus pequeñas
manitas. Que ustedes mismos nacieron como seres humanos más hermosos ante el
amanecer que trajo la primera de sus sonrisas. Que más que los vínculos que
trae la sangre, los unen lazos más sagrados e inmensos, lo que liga a todo este
gran universo que le rodea: los lazos del Amor…
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