miércoles, 4 de septiembre de 2013

Adopción: El regalo de la verdad



 
Foto:www.lapala.cl


Cuándo y qué decirle a tu pequeño sobre la adopción

Los padres de un hijo adoptivo lo saben. Que nacidos de un vientre, de una combinación de células o de una decisión ante la realidad de un pequeño ser humano ya nacido, lo que podemos llamar hijos es algo que siempre se engendra en el corazón. 

Sin embargo, al no ser el origen de un pequeño en el seno de un hogar por regla general, la realidad de la adopción puede ser traumática, más que nada por dos razones: pueden por un lado no sentirse “legítimos” como hijos, como si fuera algo “prestado”, y por otro le despierta a la realidad de que los seres biológicos que participaron en su formación como ser vivo, por alguna razón no pudieron, o no quisieron quedarse a participar de su vida.

La verdad de la mano de los padres
En la opinión de los expertos, es decir, profesionales de la salud mental en niños y adolescentes, recomiendan que sean los mismos padres los que le digan a los pequeños sobre su origen. 

Lo que más recomiendan es que se haga a una edad en la que esté el balance de que sean lo suficientemente grandes para entender el concepto y suficientemente pequeños para que lo vaya internalizando sin bruscos choques y pueda manejar la realidad de su historia con fluidez. Esta puede ser entre los siete y los nueve años, dependiendo de la madurez emocional y mental del pequeño.
La cuestión es que debe provenir de la boca de los padres, ya que se trata de un momento muy determinante en cuanto a la confianza que en sus padres deposite el pequeño. Y en este sentido podría ser dañino el que se enteraran por otras personas. Esto podría llevarles a pensar que ustedes nunca tuvieron la intención de decirles.

Combatiendo los estigmas
Lo importante es que el mensaje sea positivo, que jamás entienda su adopción como algo malo, o como un suceso del que tenga que avergonzarse. Que sencillamente se trata de su verdad, y que no le hace menos, además de que no es el único, ya que en infinidad de hogares hay niños que no son biológicos, y que a ninguno el ser adoptado les hace menos. 

Hablando alegremente de su llegada
Es natural que los niños adoptados quieran hablar de su origen. Esta también es una gran oportunidad para hacerles entender que su llegada a la casa fue algo sencillamente maravilloso, que es irrelevante que fuera del hospital o del orfanato. 

Si necesitas alguna ayuda para saber qué decirle, puedes buscar en la red libros y artículos que te podrían ayudar a abordar el tema.

Una vez salida la verdad…
Los pequeños podrían tener reacciones diferentes al enterarse de su origen. Estas dependen de la edad que tengan, o de su nivel de madurez.
 
Se podría dar que entre en negación y se rehúse a aceptar su realidad y refugiarse en fantasías sobre su origen. Esto podría llevarles a pensar que los abandonaron porque no son buenos, incluso pensar en que están en el hogar como consecuencia de un secuestro. 

En la etapa de la pubertad va a ser importante el concepto de la identidad propia, que irá muy de la mano con la autoestima. El querrá saber en su retrato de sí cómo es que encaja con el mundo que le rodea. Y es posible que quiera saber sobre sus padres naturales. Debes entender que esta curiosidad es común y no significa ahora que esté rechazando como padre. Y por lo mismo debes aceptar y estimularle, incluso participar de su búsqueda. Esta también será una hermosa prueba de amor que podría traducirse en mayor confianza entre el hijo y sus padres.

Los lazos de amor
Este salto de pensar una realidad a saber otra, en algunos pequeños podría causar problemas emocionales, por las inseguridades que podría traer la nueva verdad. Si te inquieta su comportamiento o las emociones que exhiba, está bien que busques para él ayuda profesional, como los psiquiatras y psicólogos de niños y adolescentes. Estos podrían determinar si necesitan de ayuda, y qué tratamiento se recomienda. 

Pero también es el mejor de los momentos para aclararle algo a tu pequeño. Y es que no importa qué, no importando que no atestiguaran su nacimiento, él nació en una gran explosión de amor adentro del pecho tuyo y el de tu pareja, que sí fue todo un hermoso nacimiento el día en el que lo encontraron, que vieron sus pequeños ojitos mirarles, que tocaron sus pequeñas manitas. Que ustedes mismos nacieron como seres humanos más hermosos ante el amanecer que trajo la primera de sus sonrisas. Que más que los vínculos que trae la sangre, los unen lazos más sagrados e inmensos, lo que liga a todo este gran universo que le rodea: los lazos del Amor…

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