viernes, 17 de diciembre de 2010

Un parto muy especial


...Una experiencia inolvidable...

Al momento de dar a luz, toda madre anhela tener a su lado una persona especial que le brinde apoyo durante el proceso y es usualmente la pareja quien disfruta esta inolvidable oportunidad.

Sin embargo, para Neida M.Hernández Santiago, fue diferente. Luego de 16 años, volvió a quedar embarazada a la edad de 35. Ya cuando se acercaba la fecha del nacimiento de su bebé, se encontró sola y necesitaba esa compañía que la fortaleciera (sobre todo porque durante el embarazo el cuerpo experimenta cambios físicos y emocionales por la alteración de las hormonas).

Para ese entonces el círculo familiar de Neida estaba compuesto por ella y su hija Nirmar Krystal de 15 años, quien no solo era su hija, sino su amiga, su compañera de actividades, su todo. No fue difícil ver en ella la persona idónea para asistirla en el nacimiento de su bebé y por eso le pidió a su hija que la acompañara.

A tan corta edad, da trabajo imaginar cómo se sintió Nirmar y las cosas que le pasaron por la mente ante tan especial y significativa proposición. “Yo siempre quise un hermanito y justo un mes después de mi quinceañero mi mamá me dio la noticia de que iba a tener un bebé. Yo me puse súper feliz” expresó la joven.

“Mi mamá me escogió para presenciar el parto ya que es madre soltera y desde que quedó embarazada he sido su compañía. Esta experiencia me ha servido para valorar más el amor que le tiene una madre a un hijo. Creo que después de haber visto el parto de mi hermanita, yo también lo podré hacer en un futuro”, aseguró.

Fue con ese mismo entusiasmo que le dijo que sí a su mamá. Nirmar siempre estuvo en las citas ginecológicas y recuerda la alegría que sintió durante su primera visita: “¡Fue tan emocionante escuchar el corazoncito de mi hermanita! Mi mamá estaba llorando y yo bien feliz. El Ginecólogo me dio la primera foto, tengo todas las fotos de los sonogramas guardadas.”, indicó.

“Cuando el ginecólogo la envió para el hospital, yo estaba súper ansiosa porque quería entrar, pero entré sólo cuando comenzó el proceso del parto. Cuando vi que mi mamá estaba coronando, rápido tomé una foto pero el Médico me dijo que de sus partes íntimas no podía y sólo tiré fotos de lado. Fue bien impresionante ver todo, desde el ombligo que es largo, la placenta... Mi mamá estaba bien asustada y yo loca con todo el proceso y muy pendiente a todo lo que le hacían a mi hermanita. Me regalaron su primer gorrito”.

Nirmar afirma que siempre llevará en el corazón el nacimiento de su hermanita Jamilliette. Siente que es su hija y que “aunque es un sajorí, es el sajorí que más amo”. Recomienda a toda persona que tenga oportunidad de asistir a un alumbramiento que lo haga porque es lo más hermoso. “Ver que mi mamá trajera al mundo a mi hermanita, para mi es lo máximo que me ha pasado”.



Por Karla Toledo.






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