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Una de las mejores herencias que le dejas
Los pequeñitos son los que presentan el mayor riesgo de caries, primero,
porque comen con más frecuencia, y segundo porque no saben nada de
placa bacterial, su daño y cómo defenderse de éste.
Así que te tocan
dos cosas, por un lado instruirle, y por el otro encargarte hasta que él
pueda encargarse de la higiene de su boquita.
Para empezar evita en lo posible que los alimentos sean con alto
contenido de azúcares.
Así mismo proponles cosas sanas, como frutas.
Cuando toque cepillar los dientes hazlo bien suavecito. Es algo que
puedes hacer desde que ya veas lo primerito de ellos. Haz lo mismo que
tú pero mucho más delicadamente. Usa el equivalente a un gandul de pasta
para niños. No debe tragar para que no se intoxique, así que por eso
debe ser la menor cantidad posible. Claro, que sea un cepillo para
niños, con las cerdas bien suaves.
Comienza limpiando las superficies de las muelas con un movimiento de
atrás hacia delante. Para la superficie exterior de los dientes, coloca
el cepillo en un ángulo de 45º en dirección con la línea de las
encías.
Haz movimientos suaves y breves, moviendo el cepillo de atrás
hacia delante.
Para limpiar las superficies frontales interiores, mantén
el cepillo hacia arriba y haz movimientos suaves de arriba abajo con la
punta del cepillo.
Cepilla muy suavemente la línea de las encías y
asegúrate de haber alcanzado los últimos dientes del fondo.
Se te recomienda cambiar de cepillo cada tres meses o cuando notes que
los filamentos están desgastados. Y debes dejarles en claro que cada
niño debe tener su propio cepillo.
Él, solito…
Para ayudarles a comenzar, quizás sea útil uno de esos cepillos
eléctricos para niños, de esos recargables. Así puede familiarizarse con
el cepillado sin necesidad de destreza manual previa.
Para despertar su interés, cómprale un cepillo de dientes para niños,
que tenga cerdas suaves y que esté adornado con figuras llamativas para
los pequeños.
Debes cepillarte los dientes con él, a fin de darle ejemplo de cómo se
lavan los dientes.
Enséñale a seguir siempre el mismo orden, sin olvidar la parte externa,
la interna y la horizontal.
Si se cansa o aburre antes de haber repasado todas las piezas, le puedes
leer un cuento mientras él se cepilla, hasta que consideres que lo ha
hecho por tiempo suficiente.
Lo más recomendable es que se cepille los dientes siempre en presencia
de un adulto.
Si no cuentas con el suficiente tiempo para vigilarlo,
pues es preferible un cepillado con más cuidado. O mejor lo haces tú por
esta vez, pero que no se acostumbre.
¡Sí se puede!
Por razones religiosas, moralistas, o escaso conocimiento de la biología
del ser humano, muchas veces las funciones sexuales y reproductivas que
comparte un mismo sistema en el hombre y en la mujer se ven como
contrario, y a la aparición de un ser concebido es como si el camino
hacia el cuerpo de la mujer se cerrara mientras ésta se encuentra en
gestación.
Sigue retozando…
La realidad es que no sólo se puede, sino que además, al tratarse de un
tiempo de mucha riqueza hormonal, la vida sexual de la pareja puede ser
mucho más intensa. Y en cuanto al riesgo de daño a la criatura, es
cuestión de tomar ciertas medidas de precaución.
Aunque en la mujer puede darse mucha culpa, y el hombre mucho miedo, la
realidad es que en el primer trimestre, debido a la irrigación sanguínea
y la exaltación de los estrógenos, el sexo se podría hacer hasta más
frecuente que en circunstancias normales.
Además, pasa algo que podría
ayudar a quitar el panorama todas las aprehensiones.
Y es que durante la
gestación no hay riesgo de volver a quedar embarazada.
Y entonces después de cumplido el primer mes la líbido va a ir bajando
en mayor preparación para la llegada del pequeño. Pero ni aún así es
razón para interrumpir completamente el goce sexual. En condiciones
normales hasta una semana antes del parto.
No se puede cuando…
El sexo durante la gestación está contraindicado solamente si se
presentan sangrados o molestias y si se diagnostica un embarazo de alto
riesgo.
Esto no significa que las relaciones sexuales durante los nueve meses
sean exactamente iguales que en la época preconcepcional.
El sexo brusco
puede generar molestias como coitalgias (dolor en la vagina), porque el
útero y el vientre tienen mayor tamaño de lo normal. Para evitarlas, es
importante la comunicación de la pareja. Así, ambos se ponen de acuerdo
con el ritmo y la fuerza de la relación íntima.
En cuanto al bebé…
No, no es cierto que el bebé recibe golpes del miembro de su padre
cuando era feto. Sin embargo, sí es importante entender que hay que
evitar que el líquido amniótico se escape debido alguna lesión en el
saco, lo que implicaría inmediatamente un aborto.
Para prevenir este
tipo de accidentes, hay algunas posiciones sexuales que permiten un
acople del cuerpo sin necesidad de tocar la mencionada área.
Y claro, para realizar el encuentro erótico, es conveniente estar en un
lugar cómodo y con facilidad de movimiento.
Se recomienda el uso de
almohadas, para mantener los rincones del cuerpo apoyados y evitar
molestias.
Ahora, en la gestación las relaciones anales, no son recomendadas,
porque hay que controlar el nivel de higiene para prevenir infecciones,
que la embarazada está más propensa a padecer.
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Los ojos de la niña de tu ojos:
La salud visual de tu pequeño
¿Sabes qué quiere decir la expresión “niña del ojo”?
Cuando se dice
esto, literalmente se refiere a la pupila, que es por donde le entra la
luz al ser humano, luz que en la retina se convierte en una señal
neural, que en la corteza visual de nuestro cerebro se torna en la
imagen que podemos reconocer.
La frase desde tiempos antiguos se utiliza
para referirse a lo más querido, aquello por donde penetra la claridad
al interior de una persona.
Por ejemplo, la Biblia dice que para Dios el
pueblo de Israel es “la niña de su ojo”. Así que si quieres que la niña
de tus ojos tenga su día claro, debes atender su salud visual, desde su
llegada al mundo.
Según la Academia Estadounidense de Oftalmología y la Academia
Estadounidense de Oftalmología Pediátrica (AAO y AAPOS, debido a sus
siglas en inglés, respectivamente), los primeros análisis de la vista de
un niño deben hacerse:
• en el recién nacido.
• a los seis meses.
• a los tres años.
• a los cinco años.
Según estas entidades, la detección y el tratamiento temprano de muchas
enfermedades, que ponen en peligro la vista, son imprescindibles para
curar o disminuir la progresión de la pérdida de visión.
Esta prevención
de las patologías visuales infantiles debe realizarse a través de los
exámenes de rutina del ojo para examinar la agudeza visual y, siempre,
en caso de traumatismo.
Pendiente a…
Tu hijo podría tener problemas visuales si… • se frota los ojos constantemente, • muestra extrema sensibilidad a la luz, • enfoca deficientemente, • sigue los objetos con dificultad, • el alineamiento o movimiento de sus ojos es anómalo (a partir de los
seis meses de edad), • si el pequeño exhibe irritación y lagrimeos crónicos, • si tiene la pupila blanca en vez de negra, • muestra incapacidad para ver objetos distantes, para leer la pizarra
en clase y para la lectura en general, • cruza los ojos,
• se sienta demasiado cerca del televisor.
Si detectas cualquier problema visual en tu pequeño, llévalo
inmediatamente a un profesional de la salud especializado en la vista
para que lo evalúe a fin de que el problema no se vuelva permanente.
Si
estos se identifican a tiempo, generalmente se pueden remediar.
Los niños de todas las edades, incluso los bebés, pueden utilizar
anteojos y lentes de contacto.
Si tú niño es uno de estos, te
aconsejamos que: • Permitas que el niño escoja sus propias monturas o marcos. Si es menor
de dos años, te recomendamos monturas plásticas.
• Si un niño lleva una montura de metal, asegúrate de que dispone de
bisagras flexibles, que hacen las gafas más duraderas.
• En los niños más activos, ata las patas de los anteojos a un cordón
elástico, que ayudará a evitar que se les caigan.
• Las lentes de policarbonato son recomendables para todos los niños,
sobre todo para quienes practican deporte. El policarbonato es un
termoplástico transparente, duro y a prueba de golpes, que se utiliza
para fabricar lentes finos y ligeros.
No obstante, aunque son muy
resistentes a los impactos, se rayan con más facilidad que los lentes de
plástico.
Los lactantes con cataratas congénitas pueden necesitar una intervención
quirúrgica para extraerlas durante las primeras semanas de vida.
Algunos bebés que nacen con cataratas deben llevar lentes de contacto
tras la intervención.
Cerca de los 10 años, algunos niños expresan su deseo de llevar lentes
de contacto por su imagen o porque quieren practicar deportes.
Permitir
que tu hijo lleve lentes de contacto va a depender estrictamente de que
sepa ponérselos y quitárselos correctamente, se los saque cuando sea
necesario y se los limpie siguiendo las recomendaciones del médico. Los
problemas con los lentes de contacto casi siempre están provocados por
malos hábitos de uso o por falta de higiene.
El profesional de la vista
le ayudará a tu niño decidir qué tipo de corrección visual es mejor para
él.
Así en todos habrá luz…