Una vez hayas analizado el motivo por el cual quieres convertirte en madre, debes hablar con tu pareja para saber si está de acuerdo en compartir contigo una responsabilidad tan grande. Ambos deben saber que criar a un niño no es tarea fácil y que cambiará su ritmo de vida por completo.
Deben sentarse y discutir cómo van a compartir los roles de crianza, hogar y trabajo (si ambos trabajan fuera) cuando nazca su bebé. De otro modo, si serás madre soltera, lo primero es meditar si verdaderamente quieres y deseas emprender esta enorme y gratificante tarea.
De igual manera, si te sientes segura en dar este paso, debes comenzar a modificar costumbres que puedan afectar la salud del bebé.
Para prepararte físicamente debes tomar ácido fólico a diario, comer alimentos nutritivos, hacer suficientes ejercicios, descansar y al igual que tu pareja, evitar sustancias peligrosas como el alcohol, el tabaco y las drogas.
Además debes hacer una visita de pre concepción a tu ginecólogo, especialmente si has tenido embarazos de alto riesgo previamente. Antes del embarazo podrás someterte a pruebas que detecten alguna infección, enfermedad de transmisión sexual u otros problemas de salud que pudieran afectar al feto.
Esto estudios preliminares antes del embarazo ofrecen la seguridad a la pareja porque pueden diagnosticar si existe el riesgo de alguna enfermedad hereditaria, proporcionando el tiempo necesario para considerar alternativas y los pasos a seguir.
Los momentos más críticos de la gestación ocurren mucho antes que la mujer se dé cuenta de que está embarazada por lo tanto es esencial estar saludable de antemano. De lo contrario corres el riesgo de tener un bebé con defectos físicos y mentales.
Adaptación por: Karla Toledo.
